miércoles, 15 de febrero de 2012

Lactancia materna prolongada

Mi niña ha crecido. Ha crecido tanto y tan rápido, que no me he dado cuenta. Tiene ya 5 años, se han caído sus primeros dientes de leche y ya sabe leer todo lo que encuentra por las esquinas. Y yo he crecido con ella. 
Cuando nació nadie me explicó el sentimiento del apego. Para mí fue tan fuerte e intenso, que se tambalearon todos los cimientos en los que se habían basado mis creencias. Me sentía incapaz de separarme de ella, tan pequeña, tan débil e indefensa. Ella sólo buscaba a su madre y su madre sólo la buscaba a ella. ¡Qué relación tan profunda! Dormíamos todos juntos en la cama, la llevaba como mamá canguro a todas partes (congresos incluidos), comía con ella, e incluso me bañaba con ella. Y le daba teta. 
Y sigo dándole teta. Y ella y yo somos tan felices en ese pequeño y único momento del día, que tengo muy claro que el destete ocurrirá cuando ella lo deseé. 

Hay mucho tabú sobre la lactancia materna prolongada. Hay algunos estudios que explican que el fin de la lactancia en el humano se coloca entre los 3 y los 7 años si los dejamos mamar de manera natural a demanda. Esta edad coincide con la aparición de la dentición definitiva y la maduración del sistema inmunitario.

Os transcribo un texto al respecto:
 
Cada cultura tiene al respecto sus propias costumbres, aunque desde luego ninguna desteta tan pronto como la cultura occidental del siglo XX. La antropóloga norteamericana Katherine Dettwyler (1) ha abordado la cuestión desde la zoología comparada, extrapolando una hipotética edad del destete en el ser humano a partir de los datos referentes a otros primates, a partir de varios parámetros que se correlacionan de forma más o menos exacta con la lactancia:

a) Según el peso al nacer.
Suele decirse que los mamíferos se destetan cuando han triplicado su peso al nacer. Esto sólo es válido para los animales pequeños; los animales de tamaño parecido al nuestro se destetan tras cuadruplicar el peso al nacer, lo que sería aproximadamente a los dos años y medio.

b) Según el peso del adulto.
Muchos mamíferos se destetan al alcanzar aproximadamente la tercera parte de su peso adulto. Como en nuestra especie el varón adulto es más grande, ello representaría un destete más tardío: los niños hacia los siete años (al alcanzar los 23 kg.), y las niñas poco antes de los seis años (con 19 kg.).

c) Según el peso de la madre.
Los investigadores Harvey y Clutton-Brock encontraron que, en un gran número de primates, la edad del destete en días es igual al peso de la hembra adulta en gramos multiplicado por 2,71. Aplicando esta fórmula a una madre de 55 kilos, correspondería destetar a los tres años y cuatro meses.

d) Según la duración de la gestación.
La relación entre la duración de la lactancia y la duración de la gestación es muy variable entre los primates, pero parece depender del tamaño de los individuos. En los monos pequeños, dicha relación suele ser inferior a dos; pero entre nuestros parientes más cercanos (en parentesco y tamaño), la relación es de 6,4 para el chimpancé y de 6,18 para el gorila. Si asumimos que para el ser humano dicha relación ha de ser también superior a 6, el resultado es un mínimo de cuatro años y medio de lactancia.

e) Según la dentición.
El destete suele producirse en muchos primates cerca de la erupción del primer
molar permanente, lo que correspondería a los 6 años en el ser humano.

Como conclusión, Dettwyler supone que la edad normal del destete en el ser humano debe estar en algún punto entre los dos años y medio y los siete.

Carlos González

Fuente: [Lactared] Apoyo a las Madres que Siguen Dando Pecho Después del Año, gracias a M. Angels Claramunt Armengau.


Me ha costado mucho, pero os puedo asegurar que una madre trabajadora, incluso con guardias, puede mantener la lactancia materna si se lo propone, con asesoramiento y un buen sacaleches. Yo sigo experimentando, ya os contaré en qué acaba todo. Otro día hablaremos de la lactancia en tándem.

Sólo añadir, que mi hija es una personita independiente, inteligente, que habla, come y pronuncia estupendamente, y que en ningún momento me ha dado razones para pensar que la lactancia materna pueda afectar a su desarrollo. 
Sigo pensando que la lactancia prolongada es un regalo, en el que no se sabe quién regala y quién recibe.

http://www.aeped.es/comite-lactancia-materna/recomendaciones
http://www.aeped.es/comite-lactancia-materna/preguntas-frecuentes#t48n159



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