martes, 25 de diciembre de 2012

Falafel (para 3 personas)

INGREDIENTES

- 220 gr. de garbanzos remojados durante toda la noche.
- 1 cucharada de perejil picado.
- 1/2 cebolla picada.
- 1 diente de ajo majado.
- 1 cucharadita de comino.
- 1/2 cucharadita de cilantro.
- 1/4 de cucharadita de levadura química (opcional).
- 1 cucharada de agua.

  Se machacan todos los ingredientes mezclándolos bien, para que quede una masa con una textura que permita moldearla con las manos sin que se deshaga. Se deja reposar durante 30 minutos tapada en el frigorífico.

  Yo le doy forma de filete ruso, pero se le puede dar también forma de bolitas.

  Freír con abundante aceite caliente.

  ¡Y a disfrutar!



lunes, 24 de diciembre de 2012

Vaya tela

  Como sabéis, quedan menos de 10 semanas para que nazca mi tercer retoño. 



  Siempre he sido considerada una "rarita" en mi entorno, por diversas razones que se salen de la "norma". 


  Cuando cumplí 18 años comencé a interesarme por el vegetarianismo, con las dificultades que esto conlleva viviendo en casa de una familia tradicional. Cuando me independicé, fue mucho más fácil, pero, ojo, costó lo suyo.  Posteriormente, fui madre joven. Sí, con 27 años decidimos embarazarnos de nuestra primera hija. Una decisión muy personal, tomada con conciencia y deseo absolutos. Fuimos los primeros de nuestro entorno. El estilo de crianza nació con ella, un poco guiados por nuestro instinto y fuera de los convencionalismos sociales: crianza con apego, colecho, lactancia materna prolongada y a demanda, porteo, educación consciente...


  Después nos mudamos a las montañas, cual ermitaños, ¡para qué queremos más! ¿pero os vais a vivir allá tan lejos sin tener coche? ¡dos semanas vais a aguantar! Pues yo sigo sin coche, oiga, y ya llevo cuatro años viviendo aquí. Y me apaño fenomenal, el abono transporte te lleva a cualquier sitio, incluso al trabajo. Y la bicicleta de montaña, ni te cuento. Te permite perderte entre los Pinares de Gaia y a la vez ponerte en forma. Es que esto de abogar por una vida más sostenible es de progres, ya se sabe, que volvemos a lo de antes: que si el huerto, que si las gallinas, que si la estufa de leña, que si hacer el pan y los yogures en casa...



  Pues bien, si nos parecía poco, ahora la "loca de la pradera" ha decidido pasarse a los pañales de tela. ¡Vaya tela! ¿Pero no es mucho trabajo, con tres hijos y currando? ¡Con lo que hemos evolucionado gracias a los pañales desechables! Pues sí, hemos evolucionado. Pero a veces ir hacia delante significa dar un paso atrás, y expongo mis razones.




- Motivos ecológicos: un bebé gasta alrededor de 125 pañales al mes, lo que equivale, en España, a un campo de fútbol lleno hasta 10 metros de altura cada mes. Tardan entre 200 y 500 años en degradarse. En algunos municipios del Reino Unido, se subvencionan los pañales de tela para evitarse el tratamiento de estos residuos. En E.E.U.U. se generan 82000 toneladas de plástico anuales, y se talan 250000 árboles para hacer pañales desechables. De todo ello, sólo el 40% es biodegradable.



- Motivos económicos: actualmente,  los pañales desechables se consideran artículo de lujo y están gravados con un 21% de IVA. Por tanto, el ahorro desde nacimiento hasta que el niño deja el pañal, alrededor de los 3 años, puede ser de cerca de 2000 euros en total y por niño. Sin descontar que se pueden reciclar para los siguientes hijos e incluso vender de segundo culete una vez se para la fábrica de hacer niños. Hace unos años, cada familia recibía una ayuda de 2000 euros, que han retirado por la "crisis·.

- Motivos de salud: no he encontrado evidencia científica al respecto, pero el saber popular dice que se dejan antes los pañales de tela que los desechables, ya que el bebé nota antes la sensación de mojado o sucio. Yo en esto tengo mis dudas, pues el control de esfínteres se relaciona con la maduración neuropsicológica del niño. Sí que es cierto que la tela de materiales naturales provoca menos eritema del pañal. Además, si se caen de culo, están almohadillados.

- Motivos estéticos: indudablemente, ¡son mucho más bonitos!

  Por supuesto, tienen sus desventajas:

- Inversión inicial: al nacimiento, los bebés hacen mucho pis, pero poca cantidad, por lo que hay que cambiarlos con mucha frecuencia. Por tanto, para tener pañales suficientes, hay que hacerse con una buena reserva. Así, al principio el desembolso es mayor (aunque hay opciones económicas), aunque después los amortices de sobra.

- Son menos absorbentes: se han de cambiar más a menudo. Esto se suele arreglar añadiendo más capas de absorción (los llamados insertables) de distintos materiales: algodón, bambú, cáñamo, microfibra... Para que no haya fugas indeseadas, sobre todo durante la noche.

- Abultan más: necesitas ropa de tamaño mayor para que les quepa este colorido culete.

- Hay que lavarlos: para eso está la lavadora, afortunadamente. Se van acumulando en un cubo con tapa y se lavan cuando haya suficientes, con poco jabón y sin suavizante. Por ello, los pañales de tela más utilizados son los que tienen varias capas, porque se lavan por separado y se secan antes.

  Bueno, pues creo que esto es todo. En otro post hablaré de los tipos de pañales de tela para que alucinéis con la variedad y el gusto.

  Imaginaos, entre el fular, la teta y los pañales de tela...¡directa al infierno social!